Entrar en una continuación con expectativas y encontrarse con una trama que parece dar vueltas sobre sí misma es, cuanto menos, frustrante. Aliada del villano prometía expandir el universo y la tensión establecidos anteriormente, pero lamentablemente cae en lo que muchos lectores temen: el "síndrome del libro de relleno".
La premisa sigue teniendo ese toque oscuro y adictivo que caracteriza a Nicole Maehre, y la química entre los protagonistas sigue presente. Sin embargo, en esta entrega, esa chispa se ve sofocada por una narrativa que no parece avanzar hacia ninguna parte.
Los puntos críticos son que la trama se estanca, gran parte del libro se siente como una repetición de conflictos ya vistos. Las conversaciones y los dilemas internos de los personajes entran en un bucle que no aporta información nueva ni evoluciona sus arcos de forma significativa. Por otra parte la falta de sustancia hace que a diferencia de las entregas anterioriores, donde cada capítulo parecía construir algo, aquí la sensación es que se están "quemando páginas" para llegar a un final que podría haberse alcanzado mucho antes. No hay revelaciones de peso que justifiquen la extensión del libro. Y por último, el ritmo irregular da la sensación de no haber un progreso real en los objetivos de los protagonistas, el ritmo se vuelve lento y, por momentos, tedioso.
En definitica, es un libro que se lee rápido porque la pluma de la autora es ágil, pero al cerrarlo queda un sabor agridulce. Da la impresión de que la historia se ha estirado artificialmente, convirtiendo lo que podría haber sido un puente emocionante en un camino lleno de baches que no lleva a ningún destino nuevo. Solo para fans muy completistas que no les importe el contenido de relleno.
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