Regresar al mundo de Holly Jackson siempre es un placer por su estilo ágil y su capacidad para crear tensión, incluso en formatos cortos. En esta precuela, acompañamos a Pip a una fiesta de misterio con temática de los años 20, donde un grupo de amigos debe resolver un asesinato ficticio.
El libro funciona perfectamente como un entretenimiento ligero. Es divertido ver a los personajes que ya conocemos fuera de un peligro real, simplemente jugando a ser detectives. La ambientación de la mansión y el juego de roles están bien logrados, y la lectura se pasa en un suspiro gracias al ritmo característico de la autora.
Lo que nos deja a mediases la falta de peso en la trama, aunque es agradable volver a ver a Pip antes de que todo se complique en su vida, el libro no aporta realmente nada nuevo a su desarrollo de personaje o a la historia principal que ya conocemos de la trilogía. Se siente más como un "capítulo extra" que como una pieza esencial del rompecabezas.
Y el factor reciclaje es el mayor inconveniente es la estructura del final. Casi el 30% final del libro es, literalmente, el inicio de Asesinato para principiantes. Para quienes ya hemos leído la saga principal, esto resulta redundante y da la sensación de que el material nuevo es insuficiente para sostener el libro por sí solo. En definitiva, es un libro ideal para los completistas de la saga que extrañan a Pip y quieren una dosis rápida de su mente analítica. Sin embargo, si buscas revelaciones importantes o una trama que cambie tu perspectiva sobre la serie, este libro te resultará prescindible. Entretiene, pero no trasciende.
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