Ali Hazelwood tiene un talento innegable para crear un romance rom-com que te atrapa desde la primera página, y Adam Carlsen y Olive Smith son la prueba perfecta de ello. El libro es divertido, conmovedor y, como ingeniera que soy, aprecio mucho el ambiente CTIM en el que se desarrolla la historia.
Me encantó cómo la autora construyó a los personajes y su relación. Olive es una protagonista adorable e inteligente con la que es fácil identificarse, y su "noviazgo" con Adam, un hombre huraño y misterioso, se siente real y lleno de química. Sus interacciones, los diálogos ingeniosos y las escenas que nos hacen sonreír son los puntos más fuertes del libro.
Sin embargo, a medida que me acercaba al final, hubo algo que me dejó un sabor agridulce. Al llegar al clímax de la historia, es Adam quien interviene y, de manera casi milagrosa, resuelve el gran problema que enfrenta Olive en su carrera. Él usa sus contactos y su influencia para salvarla de una situación injusta.
Y aquí es donde la reseña toma un giro personal: si bien la intención del autor era probablemente mostrar el apoyo de Adam, para mí esto le restó mucho al final. En pleno siglo XXI, una mujer como Olive, brillante, trabajadora y en un campo tan competitivo, no necesita que un hombre sea su "príncipe azul" para resolver sus problemas. Ella tenía todas las herramientas y la capacidad para enfrentarse a la situación por sí misma, o al menos para ser parte activa de la solución. Que Adam le resolviera todo en el último momento me pareció un poco desfasado y le quitó poder a la propia protagonista.
Aun así, La hipótesis del amor sigue siendo una lectura muy recomendable para los amantes del romance y la comedia, especialmente para quienes disfrutan de las historias con un toque científico. Es un libro que te hará reír y suspirar, aunque en mi opinión, el final podría haber sido aún más poderoso si la autora le hubiera dado a Olive el protagonismo que se merecía para resolver su propio destino.
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