Debo decir que Quicksilver me ha resultado una lectura bastante entretenida. Callie Hart construye un mundo de fantasía lleno de intrigas, romance peligroso y una protagonista decidida que sabe defenderse con dientes y uñas. El ritmo es ágil, los diálogos chispeantes y los momentos de acción están bien llevados, así que no se puede negar que engancha desde el principio.
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Portada del libro. |
Sin embargo, a medida que avanzaba la historia no he podido evitar notar lo mucho que recuerda a sagas como Una corte de rosas y espinas (ACOTAR) de Sarah J. Maas. Las dinámicas de enemigos a amantes, los fae dominantes, las traiciones palaciegas, las tensiones entre clanes y ese tipo de romance prohibido y ardiente son recursos que, aunque funcionan, resultan demasiado familiares si has leído otras sagas de fantasía romántica reciente.
Otro detalle que me ha sacado un poco de la lectura ha sido el uso recurrente de palabras anglosajonas sin adaptar (términos y nombres que, al mezclarse con el texto en castellano, a veces rompen la inmersión). Aunque puedo entender que se mantenga cierta ambientación anglófona por la estética de la historia, habría agradecido una localización más cuidada en ese sentido.
En definitiva: Quicksilver es una novela que atrapa, se disfruta y tiene personajes con química, pero peca de predecible en su fórmula y abusa de recursos ya muy vistos en la fantasía juvenil-adulta de los últimos años. Ideal si buscas una lectura ligera, con acción y romance en un mundo cruel, pero no esperes demasiada originalidad en el planteamiento.
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